Y luego te das cuenta…

«Y luego te das cuenta que no era el partido, sino con quien lo veías.
Que no era un buen vino, sino la charla.
Que no era un buen café, sino para quien lo hacías.
Que no era la serie de Netflix, si no con quien la veías.
Hay que aprender a valorar el tiempo que nos dedica una persona, porque nos está dando algo valioso que no regresa».